Una buena planificación y la elección de las recetas adecuadas te ayudarán a economizar mientras sirves a tu familia los platos caseros más saludables y deliciosos. Planificar la comida es una manera inteligente de facilitar la alimentación, aprovechar los recursos, ahorrar en la compra y no desaprovechar nada.
Escoge productos del día a día que sean ricos en nutrientes, aprovechando los productos de temporada, como zanahoria, camote o col. Las verduras enlatadas como las alcachofas, y las verduras congeladas son también una fuente económica y saludable de vitaminas. En combinación con legumbres como las lentejas, o en guisos y salsas, pueden satisfacer cualquier apetito.
La carne suele ser algo más cara. Por ello, no la uses a diario y sirve cantidades algo más pequeñas acompañada de una buena guarnición. También puedes aprovecharla mejor, picándola para prepararla en forma de hamburguesas, albóndigas o empanadas. O reduce su uso como ingrediente de tus comidas.
Sustituye los ingredientes caros por otros más económicos, sobre todo si no piensas utilizar todo el paquete. Por ejemplo, si tu receta de risotto necesita solo 60 g de vino, no tienes necesidad de abrir una botella: con 40 g de agua y 20 g de vinagre obtendrás el grado de acidez exacto para su preparación. Evita utilizar azafrán si no es el ingrediente principal de la receta; en la mayoría de los casos, la cúrcuma o un colorante alimenticio te prestarán el mismo servicio. Sé creativo: puede que descubras que la salsa de tomate con perejil te gusta tanto o más que con albahaca.
Sácale provecho a tu presupuesto. Compra unos cuantos ingredientes básicos a granel, y conviértelos en buenas comidas siguiendo tu instinto. El azúcar glass hecho en casa a partir de azúcar normal granulado sale más barato, y además ahorrarás espacio al no tener que guardar más que un solo ingrediente. Compra las especias en rama, no molidas: se mantienen frescas más tiempo. También puedes hacer tu propio yogur griego escurriendo el yogur normal con una manta de cielo, y ahorrarás más aún si elaboras tú mismo el yogur. Sirve tu propio pan casero elaborado con ingredientes económicos.
Si el pimiento rojo ya tiene algún tiempo y las zanahorias han perdido su toque crujiente, haz una sopa con ellas o un puré de papas con verduras. Obtendrás buen sabor y darás colorido a tu plato. Todo lo que sobra en la cocina puede ser un gran plato con la preparación correcta. Si el queso se ha endurecido, córtalo en pequeños trocitos y sírvelo muy frío. Y cuando necesites queso rallado, ralla el queso congelado directamente en el Thermomix®. Por supuesto, no tires el pan duro: úsalo para rallar. Si no está del todo seco todavía, guárdalo en el refrigerador.
Aprovecha las ofertas de ingredientes: compra cantidades mayores y prepara raciones de más que puedes congelar para servirlos cuando haga falta. Los guisos congelados en porciones individuales pueden convertirse en una comida perfecta para llevar y te permiten ahorrar dinero. La masa de galletas y rosquillas se hace en un instante en Thermomix®, y puede congelarse para hornearse más tarde, con lo que ahorrarás en tu compra de galletas.
Nuestro planificador semanal te permite organizarte, además de ahorrar dinero. Busca tus recetas preferidas en Cookidoo® con los ingredientes que ya tienes en casa, elabora tu menú semanal a partir de ellos y compra solo lo esencial en cada caso. Con una buena planificación, te sentirás más seguro a la hora de hacer la compra, y podrás evitar el impulso de comprar cosas que después se quedarán desaprovechadas en la cocina.
Aquí tienes algunas recetas deliciosas y económicas. Asegúrate de añadir a marcadores las que más te convengan o, mejor aún, planifica tus comidas a partir de ellas. Y la próxima vez que cocines, solo tendrás que echar un vistazo a Mis recetas o a Mi semana.